jueves, 2 de abril de 2009

PUBLICIDAD Y EDUCACIÓN (1)

Las televisiones públicas son caras, y el precio que pagamos los consumidores es la saturación de publicidad, ya que ésta es el medio de financiación básico de la gran mayoría de los medios de comunicación, sobre todo en la televisión. La única forma de librarnos de tanta publicidad en televisión es haciendo zapping, aunque en ocasiones no por esas nos libramos.
En la actualidad se desconocen los efectos de la publicidad en su totalidad, por lo que se está investigando en este ámbito.
El acto publicitario consta de tres actores principales: el anunciante (producto o marca que se anuncia), la agencia (diseña la publicidad del anterior), y el soporte (el medio de difusión).
A pesar de todo hay lugares en los que la publicidad no existe tal y como la conocemos, pero esos lugares son los menos desarrollados y más insólitos del planeta, por esta razón podemos pensar que sin publicidad no sería posible el mundo en el que vivimos, todo sería distinto, habría otros valores y preocupaciones.
La publicidad es un gran negocio que está en manos de unos pocos, incluso los políticos se sirven de ella.
No hay que dejarse llevar por las modas del momento, hay que aprender a descodificar los mensajes audiovisuales, y esto se puede aprender en la escuela. Hay que crear una conciencia crítica en los más jóvenes, que también son los más vulnerables a los mensajes subliminales que la publicidad envía indiscriminadamente. Pero hay lugares como por ejemplo Noruega donde las personas pagan por ver la televisión una cuota anual, pero disfrutan de una programación libre de publicidad, ya que allí está prohibida.
La Ley General de Publicidad (LGP) define la publicidad ilícita como a) aquella que atente contra la dignidad de la persona o vulnere los valores o derechos reconocidos en la Constitución especialmente en lo que se refiere a la infancia, la juventud y la mujer....b) publicidad engañosa que, tanto en su forma como en su fondo, trate de inducir a error en sus destinatarios...c) la publicidad desleal y d) la publicidad subliminal que es aquella mediante la cual y utilizando técnicas de producción de estímulos de intensidades fronterizas con los umbrales de los sentidos o análogas, pueda actuar sobre los destinatarios sin ser conscientemente percibida.

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